Review “Glee”: 3×02 I Am Unicorn
“Un unicornio es alguien que sabe que es mágico y no tiene miedo de demostrarlo.” Con esta gran frase en boca de la inocente Brittany empieza el segundo episodio de “Glee” en esta tercera temporada. Un capítulo un poco flojo, pero que va ahondando en los dramas personales de cada uno de los personajes, en este caso sobre todo de Kurt y de Quinn.
El Glee Club está preparando una versión del musical “West Side Story”, pero Will Schuster quiere centrarse en ganar las “Nationals”, así que delega en Artie, Emma y la entrenadora Beaste para hacer los castings, sobre los que gira la trama principal del episodio; y él mientras se dedica a perfeccionar el baile de los menos favorecidos del grupo, empezando por Finn, que el pobre ya sabemos que es un poco torpe.
Mientras tanto, Shelby, la madre biológica de Rachel que adoptó a la hija de Quinn y Puckerman, ha sido contratada en el colegio para un segundo coro, para que la niña de papá que canta con los pies, con síndrome de Asperger (y bofetada en la boca), pueda ser satisfecha, ya que fue rechazada por Will.
La
vuelta de Shelby nos parece algo forzada y como que no pega, sobre todo cuando descubrimos que los guionistas la han traído de vuelta con un fin: Puckerman aprovecha, y va a usarla para hacer chantaje emocional a Quinn con el bebé:
pretende que ella cambie para formar parte de la vida de Beth, la niña que dio a luz en la primera temporada. No creo que dure mucho en el instituto McKinley. También porque
allí está Rachel, su hija biológica, preparándose a fondo para su papel en el musical.
La presencia de su madre la incomoda, como es lógico, pero de alguna forma lo arreglan con un dueto precioso, madre e hija, cantando “Somewhere there’s a place for us”, de West Side Story. Los pelos de punta con la canción.
En cuanto a
Kurt, Brittany está segura de que es un “unicornio” y el candidato perfecto para presidente ese año, así que le ayuda con su campaña. Pero claro, todo es demasiado gay. Se ve que Kurt todavía está luchando por aceptarse como es, más allá de su orientación sexual. Su actitud afeminada le encasilla en papeles cómicos o femeninos, y
él quiere hacer papeles de hombres románticos. Y tiene toda la razón. Como actor debería poder hacer cualquier registro. Pero no lo consigue.
El papel de “Tony”, hombre protagonista del musical, no le pega demasiado. Si además te encuentras con que a tu novio le ofrecen ese mismo papel porque da mejor el perfil, un siempre a la defensiva Kurt se nos viene abajo. ¿Y el hecho de que Blaine, con su buena intención, prefiriese hacer la audición para otro personaje, y así dejarle a Kurt hacer de Tony, no significa nada para él? Kurt, más humildad.
Ya para terminar.
Finn se plantea quedarse a estudiar en su ciudad, y esto choca con el sueño de Rachel de irse a Nueva York, pero de momento no lo han desarrollado: aquí hay tela que cortar, y a “cortar” huele un poco esto…
Sue Sylvester continúa intentando “
destroy the Glee Club” en todo el país, probablemente la frase que más dice en la serie. Y ahora pretende usar a una rebelde Quinn para un vídeo de su campaña: cómo el Glee Club arrunió la vida de esta pobre chica… La idea del
falso documental es bastante graciosa, muy cínico todo, como Sue misma. Pero Will no va a dejar a Quinn que se haga la víctima y le eche la culpa de todo.
Es hora de madurar, como bien le dice, y de asumir sus responsabilidades, de dejar de ser ingrata y volver con sus amigos de verdad.
Y volver, Quinn vuelve. Pero nos deja todo patas arriba cuando tras ver un reencuentro muy emotivo (y con su antiguo look de niña buena…), le confiesa a Puckerman que sólo lo hace para conseguir legalmente la custodia de su hija Beth, y quitársela a Shelby. Esto no me gusta que lo hayan hecho, me parece demasiado surrealista incluso para “Glee”.
Total, que la idea de Puck no ha salido muy bien que digamos. No se me olvida apuntar que se nos cae la baba con el bueno de Noah Puckerman, que no puede resistirse a estar cerca de la niña. Momentazo tierno el del dibujo que le lleva.
De números musicales nos quedamos sin duda con el dueto entre Rachel y su madre, y también diría el que hace Kurt del musical “Funny Girgl”, el tema “I am the greatest star”. Bien por Chris Colfer, que lo hace genial. Hasta aquí la review de hoy. El próximo viernes más. ¡Buen fin de semana! Y recordad: seamos un poco unicornios.
Oooooh
